Las pequeñas islas, alejadas, rocosas, inaccesibles, no están solas.
Con facilidad pasmosa llegan a ellas brisas y vientos.
Las envuelven cielos y mares.
Y la luminosa mirada del sol, las acaricia con su tacto silencioso y cálido.
Qué suerte ser isla!
Qué bellas son!
Elvia Cor.
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