Las aguas convierten la arena en mar.
Las luces transforman lo transparente en denso, lo oscuro en claro.
El color pinta los paisajes ineriores hasta devenir otros.
Y las piedras más duras y pesadas, parecen flotar al ser abrazadas por los mares.
Si quiero dejar de ser arena, me cubro de mar.
Si deseo transformar la materia y densidad de mis sueños, me baño en la luz.
Si anhelo la belleza en mis paisajes interiores, los impregno de colores hermosos.
Y si las piedras que encuentro en mi camino, con las que tropiezo una y otra vez, las acaricio con mares y cielos, flotarán livianas para convertirse en piedras filosofales, piedras maestras de las que aprender.
La alquímia en mis mares, depende de mi.
La alquímia en tus mares, depende de ti.
Elvia Cor.
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