Al sol las nubes le parecen fascinantes, ya sean oscuras y densas o de blanco azúcar, no le importa, las adora por igual, le encanta jugar con ellas.
Disfruta dibujando con su algodón sombras, que proyecta sobre los mares, prados, amantes, sabios, ancianos, soldados o valles.
Y por muy oscuros que se contemplen esos paisajes, por muy negras que pinte esas sombras, cuando las abraza al cobijo de su cálida luz, igual que a todas las dudas, las disuelve en su amor.
Elvia Cor.
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