El anochecer aquieta los sonidos.
Calma los mares.
Diluye los colores.
Deshace las nubes al fundirlas con la oscuridad.
Pero el sol, aunque la luna y las estrellas disimulen en su resplandor su presencia... Está.
El sol, lo veamos o no, siempre está.
Y en su belleza y generosidad, nunca para de brillar.
Eres sol.
Soy sol.
Somos lo que queremos ser.
Elvia Cor.
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