corazon

Cielos sublimes. Barcelona.


En tu cielo vives tus sueños.
De ellos recibes la sensibilidad que proyectas.
Podrías conformarte con un cielo monótono, gris, siempre igual. Apegado a férreas estructuras que, envuelto en una fina red que atrapa tu pensamiento, delimita claramente al "deber", "al tener que", para mantener una apariencia concreta ...
La cual engancha nubes mediocres a través de las que adivinas solo la luz que desearías disfrutar, pero no deja pasar.
Tu construyes tus cielos.
De ellos recibes la sensibilidad que proyectas.
También existen cielos turbios, cargados, tempestuosos, donde amenaza siempre la tormenta a punto de estallar.
Y sin darte cuenta te acostumbraste a ellos.
Son cielos tan plomizos, duros, eternamente grises, que acabarán con tus ilusiones, que atraparán tu vida, tu energía en mil tempestades que no te pertenecen, que esconderán tanto tu propio sol, la maravillosa luz que todo ser posee, que te creerás responsable y merecedor de catástrofes e inundaciones.
Único culpable!
Entonces... Fácil de manipular!
Esos cielos tan abrumadores, los detectas cuando te encuentras haciendo mil cosas que no nacen de ti. Te las impone la rutina de ese cielo tapiado...
Tú creas tus cielos.
De ellos recibes la sensibilidad que proyectas.
Cuando despierta tu sabiduría interior...
Y un buen día, por la letra de una canción, una película, una frase, o un ser que se cruzó por "azar" en tu camino, reflexionas y te das cuenta... Descubres que eres precisamente tú, quien pinta tus cielos.
Entonces te arrancas esa armadura que aprieta tu ser.
Rompes los barrotes que aprisionan tu corazón.
Y te permites sentir la quintaesencia que el Universo diseñó para ti, a través de cada uno de tus sentidos.
Y si te sueltas...
Respiras hondo ensanchando tu pecho, cobijo de tu precioso corazón...
Sí... Y te sueltas!
Si te abres y expandes tu ser...
Descubrirás la exquisitez en las notas de una bella melodía.
Brindarás sorbo a sorbo deslizando en el cielo de tu paladar, el dulce matiz de la esencia de vida.
Degustarás a pequeños bocados aquello que no empacha, y que se deshace delicado e intenso en tu boca.
Sentirás en un breve tacto el terciopelo que eriza tu alma, la miel que se derrama lenta y tierna por todo tu cuerpo.
El perfume de la flor más hermosa, se colará por cada uno de tus poros, hasta acariciar tu centro.
Te deleitará la danza del más mínimo gesto que la belleza despliega ante ti.
Y tu intuición, aquello que ni se palpa, ni se escucha, se ve, saborea,  perfuma, pero vibra intenso, profundo, fuerte...
Aquello que se sueña o siente...
Robará tu corazón y ya no desearás degustar nada más que no sea sublime.
Tal vez, elijas lo exquisito.
Lo que nadie más sabe valorar porque, su sensibilidad no alcanza!
Cuando en tu cielo disfrutes lo "sublime", es porque "sublimas" todos tus tropiezos, tus desalientos, dudas, desconfianzas, abandonos, fracasos y miedos, en pura belleza.
Cuando tu sensibilidad se abre y es capaz de proyectar en sus cielos la exquisitez, es porque hallaste la verdad de tu ser.
Eres lo que sientes!
Si llegaste hasta aquí...
Te aseguro que eres un ser sensible, impresionante, mar-avilloso, merecedor de lo exquisito!
Porque esos cielos sublimes que atraes, te deleitan y amas, los posees ya en el centro de tu ser!
Elvia Cor.

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