El sol lo tiene claro, traza el camino luminoso, vibrante, reflejo de su propia esencia.
Si deseas llegar a él y convertir su oro en tu oro, puedes andar, correr, bailar, saltar, nadar, sobrevolar ese precioso sendero, aunque esté trazado sobre el mar.
Ya se... temes hundirte en sus aguas, o perderte en sus márgenes sin barreras ni murallas.
Quizás tengas miedo de que esas aguas sean demasiado profundas, inmensas o poderosas, y te arrastren sin remedio a un lugar que ni de ti, conoces.
Si temes, si celas, si juzgas...
Si te temes, si te celas, si te juzgas...
Déjalo correr, ese camino hermoso de luz, no es para ti!
Es mucho mejor quedarse agazapado en un rincón del sofá, envuelto en esa energía del miedo que encoge tu cuerpo, tu espíritu, tus ilusiones, tus sueños, hasta comprimirlos en una pequeña pelota que poder lanzar lejos, como si así, todo lo mejor que pudieras ser, alcanzar... nunca lo hubieras deseado, sentido, soñado.
O... puedes elegir otra energía, la que te engrandece y transporta en sus alas hermosas, la que te eleva sobre cualquier circunstancia adversa, la que te transforma en lo mejor de ti!
El miedo nunca escoge por el sol!
Haz la prueba...
Desde el miedo, en este sendero luminoso, te hundirás!
Desde el amor, gozarás de la confianza absoluta de que todo lo que piensas, sientes, decides o realizas con ternura y cariño, con la atención del amor, está bien...
Así fluirás por ese maravilloso cauce como pez en el agua.
Así lo volarás en la libertad del ave que extiende sus alas, feliz de disfrutar ese sendero de luz sobre todos los mares de tu ser, avistando sus confines, conquistando sus límites inexplorados.
El miedo, recuerda... Encoge.
El amor, recuerda... Expande.
Cómo caminas tus mares?
Corvado o erguido?
Ama! Amate! Amarás!
A-Mar, AMar, Amarás el caminito del Mar.
Elvia Cor.
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