Pero piensa que cuando piensas... te puedes equivocar si no eliges la opción más natural, sencilla, alegre, sincera.
Hoy fui a la playa para leer en la naturaleza, lo que me revela dÍa a día.
Sobre el regazo de unas conchas puras, nobles, bellas, reposaba este pétalo.
Seguro puedes contemplar lo mismo que yo.
El pétalo exhibe orgulloso la forma de un rojo, aterciopelado y precioso corazón.
Lo único que hice fue, atraída por su poderoso color, descubrirlo como una niña sorprendida, con cariño desde mi mirar.
Confié y extendí sus límites que, por temor a encontrarse solo, expuesto a oleajes desconocidos, lejos de la flor, se habían replegado.
Lo único que hice fue mirarlo con amor, y respirar el aroma que regalaba tan profundo cerca de mi respirar...
Esa imagen no consigo borrarla de la mente, por eso deseo compartirla contigo.
El amor nace puro cuando menos te lo esperas.
El amor nace inmenso, por la sensibilidad de la propia belleza que lo construye.
El amor solo nace del corazón, si ese corazón exhala la esencia del amor.
Y si permites a tu corazón apartar la mente, sabedor de que al pensar, se puede equivocar...
Si permites que sienta lo que siente...
No habrá fallo ni error posible, porque el amor reconoce al amor, y ahí, y en ningún otro lugar, reside la fuente inagotable de energía.
Si eres capaz de descubrir en un pétalo un corazón...
Felicidades, el amor y su maravillosa energía, te alcanzó.
Elvia Cor.
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