Cuando prendes las huellas desnudas, sinceras, de tu caminar sobre la arena...
Liberadas de cargas, culpas, rabias, resentimientos o apariencias...
Cuando olvidas en la orilla cualquier angustia o miedo...
Cuando perdonas a cada paso los fallos y desencuentros de otros, también los tuyos...
Cuando amas tu huella completa, el rastro hermoso que tu alma refleja...
Cuando aprecias los pasos que otros dieron primero, y de los que nunca se atrevieron...
Descubrirás feliz, que al sumergir en las caricias de las aguas el cansancio del viaje, y renovar en la blancura de su sal tus energías...
El sol mismo descenderá de los cielos, y besará en sus rayos de fuego, tu hermoso corazón, que sin error posible te condujo hasta ese mar de luz, que encendió en el brillo de tu mirada, ese nuevo y dulce amanecer.
Elvia Cor.
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