Somos mar.
Lo fuimos, y atraídos por la belleza de los cielos, logramos cambiar de medio, de plano, y aprendimos a respirar... Otros a volar...
Somos mar.
Su melodía nos conforta.
Su abrazo, ya solo visual, nos envuelve en la belleza.
Respirar en él nos aquieta cual abrazo en el amor, y su tacto húmedo, salado nos recorre cual caricia de besos.
Si nos sumergimos sin miedos en sus adentros, es lo mismo que volar...
Somos mar.
Y si lo contemplamos cual espejo, descubriremos que también somos cielo.
En ese cielo se eleva día a día cada gota de mar.
En ese cielo se condensa lo que fuimos, lo que somos, para precipitarse una vez más sobre nuestros sueños y anhelos.
A-Mar A-Cielo...
A-Cielo A-Mar...
Si les das la vuelta... Comprenderás!
E igual que un pez un día se convirtió en ave, tú y yo...
Somos.
Seremos...
Angeles de otro mar, que desde nuestro cauce limitado, no es fácil vislumbrar!
Traspasamos nuestro mar!
Traspasemos nuestro cielo!
Lo más hermoso e inimaginable, es lo que vamos a alcanzar.
Tan fácil como que una vez aprendimos, al superar nuestro limite, nuestro mar... a respirar!
Elvia Cor.
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